lunes, 25 de febrero de 2013

Galería

Autorretrato con traje de terciopelo, 1926


Este es el primer autorretrato de Frida. Lo pintó como regalo para su compañero de estudio y novio, Alejandro Gomez Arias, quien habia roto la relación. Se lo dió como prueba de amor con la cual esperaba el recuperar su afecto y que la tuviera en sus pensamientos. Poco despues de que Alejandro lo recibiera, se reconciliaron. La pose aristocrática refleja el interés de Frida en las pinturas del periodo renacentista italiano. Frida empezó este autorretrato en el verano del 1926 y lo envió a Alejandro a finales de septiembre. En la parte trasera de la pintura escribió en alemán: "Hoy es siempre todavía".

En marzo de 1927, los padres de Alejandro lo enviaron a Europa con su tío, para separarlo de Frida, la cual no aprobaban. Antes de irse, le devolvió la pintura a Frida para que la guardara a salvo.

Este autorretrato fue una de las 4 pinturas que Frida llevó a Diego para pedir opinión de su trabajo. Rivera se intereso mucho en el, "porque es el mas original" dijo.


Retrato de Cristina, mi hermana, 1928


Este retrato es de la hermana menor de Frida, Cristina. Frida todavía seguía pintando con el estilo europeo renacentista utilizado por los retratistas mexicanos del siglo XIX, pero en esta pintura ya se apunta la influencia estilística y temática de Diego Rivera. Los contornos duros y rígidos caracterizan ahora la composición. Un pequeño y estilizado árbol en el fondo contrasta con una rama más grande en la parte frontal de la pintura, para crear la única sugerencia de espacio y profundidad. En sus previos retratos y autorretratos, Frida pintaba con colores oscuros (otra característica del estilo renacentista) y este retrato, pintado solo un año después es un gran contraste. Frida expandió los límites del retrato pintando parte de la composición en el marco.
Cristina fue el segundo miembro de la familia retratado ya que al año anterior Frida pintó el retrato de su hermana mayor, Adriana (pintura perdida).
 
 
 
 
 
 
 
El Tiempo Vuela (autorretrato), 1929
Este autorretrato fue pintado en 1929, el año que Frida y Diego contrajeron matrimonio. Representa a la Frida amada por Rivera. En esta pintura Frida ha abandonado el estilo renacentista de sus pinturas previas con el estilo más tradicional folklórico mexicano, el mismo que Diego usaba para pintar sus murales. La pintura es un gran contraste a su primer autorretrato de 1926, en el cual aparece como una melancólica aristócrata pintada en colores oscuros y lisos. Ahora pinta con colores brillantes y vibrantes típicos de la cultura mexicana. Este estilo continuaría durante el resto de su carrera pictórica.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Frieda y Diego Rivera, 1931
 

Este doble retrato en estilo folklórico podría estar basado en la fotografía de boda de Diego y Frida. Fue completado unos dos años después del matrimonio, mientras Frida y Diego estaban en San Francisco. La diferencia de altura entre la pareja no es exagerada. Los pies delicados de Frida apenas tocan el suelo y parece está flotando al lado de su enorme marido. Con su paleta y pinceles en la mano, Rivera es representado como artista mientras ella, vestida como tradicional mexicana se pintó a ella misma como sólo la esposa que adora al marido.

Esta pintura, fue regalada al coleccionista de arte Albert Bender, como prueba de gratitud por la ayuda prestada en conseguir la visa de Diego para entrar en los Estados Unidos ya que se le habia negado previamente la entrada a Los Estados Unidos por su afiliación al Partido Comunista.  
 
 
 
 
 
Henry Ford Hospital o La cama volando, 1932

El 4 de Julio de 1932 Frida sufrió un aborto natural en el hospital Henry Ford en Detroit. En este turbador trabajo, Kahlo se pinta a si misma acostada en una cama de hospital después del aborto. La figura en el retrato está desnuda, las sábanas que se ven detrás de ella están ensangrentadas y una gran lagrima cae de su ojo izquierdo. La cama y su triste habitante flotan en un espacio abstracto, rodeado por seis imágenes en círculo relacionadas con el aborto. Todas las imágenes están ligadas a filamentos de color rojo-sangre que ella aguanta contra su estómago, como si fueran cordones umbilicales. La imagen principal es un feto masculino perfectamente formado, el pequeño "Dieguito" que ella deseaba tanto tener. La orquídea fue un regalo de Diego. "Cuando yo lo pinté, tenia la idea de una cosa sexual mezclada con lo sentimental". El caracol, explicó, alude al lento aborto. El torso femenino de yeso color salmón, Frida explicó que era su "idea de cómo explicar el interior de una mujer". La máquina de aspecto cruel que ella inventó "para explicar la parte mecánica de todo el asunto". Finalmente, en la esquina inferior derecha está su pelvis.
“Henry Ford Hospital " fue el primer pintura de Kahlo pintado sobre estaño. Esta pintura contiene todos los elementos básicos de un ex-voto (retablo) "estilo Frida": pequeño, pintado sobre estaño, muestra un evento trágico y una inscripción. El único elemento que no es tan obvio es el "Santo" o "Salvador". En este caso, es el hospital Henry Ford el cual salvó su vida.
En Noviembre de 1938, este cuadro se mostró en la primera exposición de Kahlo en solitario en la Galería Julien Levy de Nueva York. Se mostró con el título: "The Lost Desire" (El deseo perdido).
Esta fue la primera pintura de Frida en metal. Cuando la pintura estuvo acabada, Lola Álvarez Bravo la fotografió. Después de ver la fotografía, Frida decidió pintar la cara de nuevo y corregir el nombre del hospital en el lado de la cama.
 
 
Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos, 1932
 
Después de permanecer en los Estados Unidos casi tres años, Frida cada vez añoraba más México. En este cuadro, Frida muestra claramente sus ambivalentes sentimientos hacia "Gringolandia" (los Estados Unidos). Vestida con un delicado vestido rosa y guantes blancos que se apartan mucho de su regular vestuario, Frida está de pie como una estatua en un pedestal entre los dos mundos diferentes. En su mano sujeta una bandera mexicana lo que quizás indica donde radica su lealtad. En el otro lado, el antiguo paisaje mexicano, con sus ricos y calidos colores naturales, plantas exóticas y piezas de esculturas azteca. Las fuerzas de la naturaleza y el ciclo de vida natural gobiernan el lado mexicano. En el otro lado, el muerto paisaje dominado por la tecnología de los Estados Unidos se muestra en pálidos colores grises y azules. Hay sólo un nexo de unión entre los dos mundos: un generador eléctrico que está en el lado norteamericano toma su poder de las raíces de una planta en el lado Mexicano, y suministra electricidad a un enchufe en el pedestal donde esta Frida. La leyenda en el pedestal dice: “Carmen Rivera pintó su retrato en el año 1932” (Carmen era el nombre de bautismo de Frida).
 
 
 
Mi nacimiento o Nacimiento, 1932
 
Esta pintura fue realizada debido a la insistencia de Diego Rivera para documentar los eventos mas importantes de la vida de Frida. Frida entonces pinta este cuadro, tal y como ella lo dijo: ".... como imaginé que nací". Ella comenta en su diario que en esta pintura ella "dio luz a si misma". 
Se observa una gran cabeza que emerge del utero materno (el cabello corto, la cara con las cejas particularmente conocidas: la cabeza de Frida). 
El bebé a medio nacer, cayendo en un charco de sangre, es el bebé que Frida perdio en un aborto espontáneo. 
La madre cubierta por tela, hace referencia a la muerte reciente de su propia madre.  
En el cuadro detras de la cama, en lugar de la cara de su madre, pintó la cara de la "Virgen de las Angustias", la Virgen mira pero no puede ayudar con la situación. 
 
 
 
Allá cuelga mi vestido o New York, 1933
 
 
Después de más de tres años en América, Frida quería desesperadamente volver a su México nativo. Diego, no obstante estaba fascinado por el país y no quería irse. De este conflicto surgió esta pintura. El único collage en la obra de la artista, represente un retrato irónico del capitalismo americano. Puede ser su manera de decir “Quizás estoy en América, pero solo mi vestido cuelga allá….mi vida está en México.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Autorretrato con collar, 1933
 
Mientras aún estaba en Detroit, Frida lentamente superó la infelicidad que siguió a su aborto y volvió a pintar de nuevo. En este autorretrato, así como en muchos otros, Frida lleva una pieza de joyería pre-colombina. Este collar, parte de su numerosa colección, esta compuesto de cuentas de jade. En el cuadro aparece fresca y atractiva y expresa una gran confianza en si misma que no se ve en sus autorretratos anteriores. Por primera vez Frida aparece en un autorretrato con la sombra de un bigote.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mis abuelos, mis padres y yo, 1936
 
Este es el primero de dos retratos de familia en los cuales Frida trazó su historia genealógica. En el retrato aparece como una niña pequeña enfrente de la Casa Azul en Coyoacán, México, donde nació. Sus padres están detrás, en una pose copiada de su fotografía de boda tomada en 1898. El feto en la matriz de su madre es Frida antes de su nacimiento y más abajo pintó la fertilización de un huevo, indicando el principio de su vida en el momento de la concepción. Frida sostiene un lazo rojo que la une a sus abuelos. Sus abuelos maternos están a la izquierda, sobre el montañoso paisaje mexicano y un cactus nopal, el cual tiene una forma simbólica en la bandera mexicana. Sus abuelos paternos, de origen alemán, están colocados sobre el océano, lo cual indica su origen europeo.
En esta pintura, Frida se pintó a si misma con su característica única ceja, la cual parece que heredó del padre de su madre.
En Noviembre de 1938, este cuadro se mostró en la primera exposición de Kahlo en solitario en la Galería Julien Levy de Nueva York. Se mostró con el título: "My Family" (Mi familia) y fue comprado por el psiquiatra Dr. Allan Roos.
 
 
 
Recuerdo o El corazón, 1937
 
En este autorretrato, Frida descubre como expresar la angustia que sufrió durante la aventura entre su esposo Diego Rivera y su hermana menor Cristina a través del arte. Su corazón roto está a sus pies; su enorme tamaño simboliza la intensidad de su dolor. Frida ilustra sus sentimientos de impotencia y desesperación a través de su falta de manos. Su cara, aunque llorosa, no tiene expresión. Se ha cortado el pelo, para irritar a Diego quien admiraba mucho su larga y flotante cabellera. Lleva la ropa de estilo europeo que ella prefería cuando estaba separada de Diego, al cual le gustaban mas los vestidos de tehuana. El pie sobre el agua lleva un aparato que parece un barco de vela y hace referencia a una operación que Frida sufrió recientemente en su pie. El agujero que queda después de ser extraído su corazón está atravesado con una barra de acero y hay un Cupido en cada uno de los extremos. Contra más dolor Frida quiere transmitir, más sangrientas son sus pinturas.
El título de este autorretrato de cuerpo entero, "Memoria" podría sugerir que el cuadro también representa los recuerdos de tiempos mejores con Diego. El uniforme escolar que cuelga en el fondo podría recordarle de cuando conoció a Diego siendo una colegiala. El vestido de Tehuana es un recuerdo de cuanto Diego la admiraba cuando se engalanaba con el traje nativo.
La chaqueta que lleva es la misma chaqueta que llevó en una foto de 1935 tomada por Lucienne Bloch...una de las pocas fotos de Frida con el pelo corto. Frida se cortó el pelo despechada para molestar a Diego, el cual amaba su larga cabellera.
 
Autorretrato con mono o Autorretrato con changuito y collar de serpientes, 1938
 
Este autorretrato fue pintado durante el largo año en el que Frida estuvo divorciada de Diego. Después de volver de París en el verano de 1939, su relación con Diego se volvió más distante. Frida abandonó la casa en San Angel y volvió a vivir con sus padres en la Casa Azul de Coyoacán. En Octubre, de mutuo acuerdo solicitaron el divorcio e iniciaron los trámites. El divorcio fue finalizado en Diciembre. Durante el periodo que siguió al divorcio, Frida se apoyó mucho en sus mascotas como consuelo y compañía. Ellos eran su esposo y los niños que ella ya sabía que nunca podría tener. En esta pintura, aparece con su mascota, un monito que se abraza a ella, como si fuera su bebé adoptado. El monito tiene la pata alrededor de su cuello, y ambos están rodeados de un lazo de color rojo sangre, que se enrolla cuatro veces alrededor de su cuello y desaparece detrás del cuello del mono. No obstante, este cuadro no proyecta un sentimiento maternal, ni siquiera amistoso. La fría expresión en la cara de Frida muestra resentimiento e ira por el divorcio de Diego. El mono tiene la misma expresión.




Lo que vi en el agua o lo que el agua me dio, 1938
 
Esta pintura a veces es llamada “Lo que vi en el agua”. Al contrario de muchos de los cuadros de Frida éste no tiene imagen central dominante. Es un trabajo simbólico ilustrando varios eventos de la vida de la artista e incorpora numerosos elementos de trabajos anteriores y elementos que utilizaría más tarde en otros cuadros. El estilo del cuadro es “surrealista” aunque Frida nunca se considero una “surrealista” y ni siquiera sabia nada del surrealismo cuando pintó este cuadro. Lo que el agua le dio fueron imágenes de su pasado y presente, vida y muerte, consuelo y pérdida. En medio de esta visión está Frida, ahogada en sus imaginaciones y sangrando por la esquina de su boca. Se mantiene a flote por medio de una cuerda que sirve como una cuerda floja para insectos y una bailarina en miniatura.
Frida raramente hablaba de sus cuadros, pero en una conversación con Julien Levy, describió este cuadro como "Es una imagen del tiempo que va pasando...sobre tiempo y juegos de la niñez en la bañera ya la tristeza de lo que le había pasado a ella en el transcurso de su vida."
 
El suicidio de Dorothy Hale, 1938/39
 
Esta es una de las más impactantes y controvertidas obras de Frida Kahlo. Frida lo pintó como un "ex-voto (retablo). La desgraciada víctima en este cuadro es la actriz Dorothy Hale, actriz y corista de Ziegfeld. La vida de Hale dio un amargo giro cuando su marido murió en un accidente de coche. Su carrera en Hollywood no iba bien, tenia muchos problemas financieros y hacia el final dependía de la caridad de sus amigos. En Octubre de 1938, llevando su vestido negro favorito y un prendedor de rosas amarillas, saltó desde la ventana de su apartamento de lujo situado en un rascacielos, falleciendo en el acto.
Clare Boothe Luce, la editora de la revista de moda "Vanity Fair" le encargó a Frida un retrato de su vieja amiga, Dorothy. El retrato iba a ser un regalo para la madre de Dorothy. Frida sugirió el pintar el cuadro como un "ex-voto (retablo)". Aunque Clare no entendió lo que ésto significaba, no obstante aceptó. El cuadro de Frida documenta las varias etapas de la caída de Dorothy, pintando el cuerpo en la parte frontal inferior del cuadro, en una especie de plataforma, sangrando. Debajo, Frida explica el trágico evento con letras de color rojo sangre.
"En la ciudad de Nueva York el dia 21 del més Octubre de 1938, a las sies de la mañana, se suicidó la señora Dorothy Hale tirándose desde una ventana muy álta del edificio Hampshire House. En sus recuerdo [....] éste retablo habiendolo ejecutado Frida Kahlo."
Cuando Clare recibió el cuadro, estaba horrorizada por lo que vio. Ella esperaba un retrato de Dorothy, no una descripción de su suicidio, ciertamente no apropiada para dársela a la madre de Dorothy. Su primera reacción fue pensar en destruir el cuadro, pero sus amigos la convencieron de lo contrario. A petición de Clare, parte de la tercera línea, que una vez decía "pintado a petición de Clare Boothe Luce, para la madre de Dorothy" fue pintada encima. Otra parte de la pintura también fue cambiada: un ángel que una vez aparecía en la parte de arriba fue borrado.
Clare le dio esta pintura a su amigo Frank Crowninshield. Cuando Crowninshield falleció, su hijo la devolvió y la pintura no fue vista durante varias décadas. Un día, apareció misteriosamente delante de la puerta principal del Museo de Arte de Phoenix, donde se exhibe en la actualidad.
 
 
Dos desnudos en un bosque, originalmente La tierra misma, 1939
 
La selva, en definitiva, le ofrece a Frida refugio y, a la vez, representa el constante fluir de la vida y el concepto de la muerte como tránsito hacia otra forma de existencia, una concepción proveniente de las culturas precolombinas que recoge Andrea Ketenmann:
"También la concepción de la vida y la muerte como dependientes la una de la otra está contenida en la filosofía del equilibrio basada en esta mitología india. En numerosos cuadros aparece la vida como eterno circular de la naturaleza simbolizada mediante plantas. Parte de este círculo, de este ciclo vital, representado en la mitología azteca mediante la diosa Coatlicue, es la muerte. Coatlicue es el principio y el fin de todas las cosas, contiene la vida y la muerte, da y quita por igual. Por eso la muerte, en la vieja acepción mexicana, significa también renacimiento y vida. Así, en el autorretrato Pensando en la muerte [ver reproducción más abajo], la muerte está representada ante un fondo de ramas con espinas. Con este símbolo de la mitología prehispana alude la pintora al renacer que sigue a la muerte."
 
 
Las dos Fridas, 1939
 
Poco después de su divorcio de Diego Rivera, Frida completó este autorretrato de dos diferentes personalidades. En su diario, Frida escribe que el origen de este cuadro está en sus recuerdos de un amigo imaginario de la niñez. Más tarde, ella admitió que refleja las emociones que rodearon a su separación y crisis marital. A la derecha, la parte de su persona que era respetada y amada por Diego es la Frida mexicana vestida de tehuana. En su mano sostiene un amuleto con el retrato de Diego cuando era un niño. A la izquierda, una Frida bastante más europea con un vestido victoriano de boda de encaje blanco, la Frida que Diego abandonó. Los corazones de las dos mujeres están a la vista, un símbolo que Frida usaba a menudo para expresar su dolor. El corazón de la Frida desdeñada está roto, mientras que el de la otra Frida está entero. Del amuleto que Frida sostiene sale una vena que viaja a través del corazón de las dos mujeres y es finalmente cortado por las tijeras quirúrgicas que están en el regazo de la Frida desdeñada. Desesperada, Frida trata de parar el flujo de sangre que viene de Diego, pero sigue goteando…Frida esta en peligro de desangrarse. El cielo tormentoso, lleno de nubes agitadas podría reflejar el caos interno de Frida. Sujetando su propia mano, ella es su única compañera.


Autorretrato con pelo cortado, 1940
 
Este fue el primer autorretrato de Frida después del divorcio de su marido, Diego. En lugar de la ropa femenina que lleva en muchos de sus autorretratos, aquí Frida aparece vestida con un traje de hombre oscuro que le viene grande, probablemente uno de Diego. Se ha cortado el largo pelo que Diego admiraba tanto. En su mano izquierda sostiene un mechón del pelo cortado, como un emblema de su sacrificio. En su mano derecha sostiene las tijeras con las que ha martirizado su pelo, símbolo de su feminidad. Los mechones de pelo están por todos lados, como si tuvieran vida propia. Rodeada por la evidencia de su acto, Frida se sienta en medio de un amplio espacio vacío que sugiere la profundidad de su desesperación y soledad. La estrofa de una canción pintada a lo largo del retrato, en la parte superior, nos explica la razón de este acto de auto-mutilación:
"Mira que si te quise, fué por el pelo, Ahora que estás pelona, ya no te quiero"
Después del divorcio, Frida decidió renunciar a la imagen femenina exigida de ella. Se cortó el pelo, colgó los vestidos de Tehuana que tanto le gustaban a Diego y se vistió con ropas masculinas. El único atributo femenino que conservó fueron sus pendientes. Este autorretrato parece expresar su deseo de adquirir la libertad e independencia de un hombre.
 
 
Diego en mi pensamiento o Pensando en Diego o Autorretrato como Tehuana, 1943

Este autorretrato también se conoce como “Diego en mis pensamientos” y “Pensando en Diego”. El marido de Frida, Diego Rivera, continuaba con sus infidelidades y el deseo de Frida de poseerlo en exclusiva se refleja en este retrato. La miniatura del retrato de Diego en su propia frente indica el amor obsesivo que Frida sentía por el pintor de frescos…él está constantemente en su pensamientos. Frida lleva el vestido tradicional Tehuana que Diego admiraba tanto. Se pintó llevando este vestido par atraer a Diego a su lado. Las raíces de la hojas que lleva en el pelo, sugieren una tela de araña en la cual busca atrapar a su presa: Diego.
Frida empezó este cuadro en agosto de 1940, el año en que se divorció de Diego, pero no lo acabó hasta 1943.
 
 
 
 
 
 
 
 
Pensando en la muerte, 1943
 
Durante este período, la salud de Frida había declinado hasta el punto donde pasaba la mayor parte de sus días confinada en la cama. Debido a su mala salud, en ese momento y a través de los años, la muerte está siempre en su pensamiento, simbolizada por la calavera y las tibias cruzadas que aparecen en la ventana circular en su frente. De acuerdo con las antiguas tradiciones mexicanas, la muerte simultáneamente significa renacimiento y vida. En este autorretrato, la muerte se presenta contra un detallado fondo de ramas de espino, un símbolo derivado de la mitología pre-hispana, a través de la cual la artista apunta al renacimiento que sigue a la muerte. La muerte se entiende como un sendero de transición de una vida a otra diferente
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La columna rota, 1944

Este autorretrato es un gran contraste con otros autorretratos de Frida ya que ella se pintó sola… no monos, no gatos, no pericos y no fondo de hojas protectoras y plantas En lugar de eso, Frida está sola, llorando en una vasta llanura bajo un cielo tormentoso. Quizás es su manera de decir que tiene que manejar su dolor físico y emocional por si misma.
En 1944, cuando Frida pintó este autorretrato, su salud se había deteriorado hasta el punto de tener que llevar un corsé de acero para sujetar su columna vertebral durante cinco meses. Lo describió como un "castigo". Las correas del corsé parecen ser lo único que aguanta el cuerpo roto de la artista en una pieza y erecto. Una columna jónica, rota en varias partes, representa su columna dañada. La dramática abertura en su cuerpo y las fisuras del seco paisaje se convierten en símbolos del dolor y la soledad de la artista. Este sentimiento se ve acentuado por el poderoso símbolo de los clavos atravesando su cara y cuerpo. El clavo más largo agujereando su corazón indica la fuente de el dolor emocional causado por Diego.
Cuando Arturo Garcia Bustos, un estudiante de arte y amigo de Frida durante mucho tiempo, vio el cuadro acabado, estaba terriblemente angustiado por el mensaje que ofrecía. Aunque el cuadro es obviamente un reflejo de su estado emocional y físico actual en ese momento, tambien lleva un mensaje humorístico. "Tienes que reirte de la vida..." Frida dijo. "Mira los ojos muy de cerca... las pupilas son palomas de la paz. Esta es mi bromita sobre el dolor y el sufrimiento..."
Frida originalmente se pintó completamente desnuda pero más tarde decidió que el desnudo integral distraía del tema central y foco del cuadro.



Moisés o Núcleo solar, 1945
 
Moisés o "Núcleo solar"(1945). Símbolos místicos arcaicos y referentes históricos de clara intencionalidad política se engarzan en el espacio pictórico. En el centro superior, el Sol y su potencia fertilizante impregnan de sacralidad al niño Moisés que espera su futuro nacimiento y la consumación de su destino como niño arrojado a las aguas. Lo fértil solar se combina con las gotas blancas, el lácteo efluvio, que expresa la fuerza fertilizante de lo lunar y femenino. En el plano superior, a ambos lados de la efervescente vitalidad del sol, se arraciman imágenes de deidades paganas y cristianas. Lo celeste se diferencia del mundo humano por el límite de la muerte señalado por dos esqueletos. En el plano inferior, en un costado, se distribuyen personalidades históricas asociados a los ideales revolucionarios: Marx, Gandhi, Trosky, e incluso un faraón y un Buda. Y también se distingue a Freud. La obra de hecho nació luego de la lectura de Frida del texto freudiano Moisés el hombre y la religión monoteísta. En el otro extremo se acomodan personajes históricos como Julio César, Napoleón, Lutero, se despliegan bajo un sabio hindú con su típico tercer ojo y Cristo con su corona de espinas. La composición de la imagen, con un claro plano celeste y otro terrestre, y el centro como zona de concentrada claridad que fluye entre la dimensión celeste y humana, hacen recordar a la composición de la imagen barroca, y filiación bizantina de El entierro del Conde de Orgaz del Greco.
 
 
Árbol de la esperanza mantente firme, 1946
 
Frida pintó este autorretrato para su patrón, el ingeniero Eduardo Morillo Safa, después de una operación quirúrgica frustrada en Nueva York. Le escribió acerca de la pintura y la cicatrices "...con las cuales esos cirujanos, hijos de perra, me han dejado". En el mensaje "Árbol de la esperanza, mantente firme", el cual está escrito en la bandera, parece que se esté dando animo a si misma. La frase está tomada de una de sus canciones favoritas (Cielito Lindo).
En este cuadro vemos a dos Fridas; la que está a la izquierda es la Frida que acaba de salir del quirófano en una camilla y la otra es la figura de una Frida poderosa, derecha y llena de confianza. El cuadro está dividido en dos mitades, una de día y la otra de noche. El cuerpo magullado y sangrante está asignado al sol, que en la mitología azteca se alimenta de la sangre humana de sacrificios. Las dos heridas en su espalda tienen eco en las fisuras del paisaje desolado que se ve detrás. La otra Frida, que parece fuerte y optimista esta asignada a la luna, símbolo de la feminidad. En su mano, sostiene el corsé que ella tiene "esperanza" de abandonar para siempre después de la cirugía. Desgraciadamente, esta cirugía falló estrepitosamente y resultó en numerosas complicaciones. Ha sido descrita como "el principio del fin" para Frida.
 
El venado herido, 1946
 
En esta pintura de un joven venado fatalmente herido por flechas, Frida expresa la decepción que siguió a la operación de su columna vertebral en Nueva York, 1946, la cual ella había esperado con optimismo que la curaría de sus dolores de espalda.
De nuevo en México, no obstante, continúo sufriendo dolor físico y una profunda depresión. En esta pintura, Frida se pintó con el cuerpo de un venadito y su propia cabeza coronada con antenas. Atravesado por flechas y sangrando, el venado mira al espectador desde un bosque. Aunque el cielo tormentoso y pobremente iluminado en la distancia es una brillante esperanza de escape, el venado nunca lo alcanzará. Un significado de la palabra "Carma", que aparece en la parte inferior izquierda del cuadro es "destino". En esta pintura, así como en muchos de los autorretratos de Frida, se presenta como incapaz de cambiar su propio destino.
Frida usó su propia mascota, un venado llamado "Granizo" como modelo para este cuadro. El venado en esta pintura esta rodeado de árboles y atrapado, transmitiendo un sentimiento de miedo y desesperación, sin posibilidad de escapar la situación.
Este es un cuadro muy complejo y su significado está abierto a muchas interpretaciones. Algunos dicen que este cuadro significa la incapacidad de Frida de cambiar su propio destino o, la frustración de Frida debido a la cirugía que falló, o una pintura surrealista de Frida, furiosa en la batalla de los sexos.
El 3 de mayo de 1946 , Frida dio este cuadro a sus amigos Lina y Arcady Boitler como regalo de bodas. Con él incluyó una nota que decía: " Os dejo mi retrato para tengáis mi presencia todos los días y las noches que no estoy con vosotros".
 
 
Autorretrato con el pelo suelto, 1947

En 1946, Frida viajó de nuevo a Nueva York para una fusión espinal. Esta operación ha sido llamada "el principio del fin" para Frida. Aunque consultó a numerosos, quizás demasiados doctores, su condición cada vez empeoró más después de esta operación. En el, Frida aparece delgada y frágil, aunque relajada y sonriendo. El texto en la banderola en la parte de abajo reza:
"Aquí me pinté yo, Frida Kahlo, con mi reflejo en el espejo. Tengo 37 años y es Julio de 1947. En Coyoacán, México, el sitio en donde nací".
En la inscripción ella dice tener "37 años" cuando en realidad tenía 40 en el momento de pintar este autorretrato.
En este autorretrato, Frida ha exagerado mucho su cabello…quizás para complacer a Diego, el cual amaba su larga y flotante cabellera.
La fotografía debajo de la pintura, tomada el mismo año, podría haber sido usada como estudio para esta pintura.




El abrazo de amor de El universo, la tierra (México), Yo, Diego y el señor Xólotl, 1949

El tema de esta pintura contiene muchos elementos que se derivan de la antigua mitología Mexicana. La incapacidad de Frida de tener niños la empujó a adoptar un papel maternal en lo que respecta a Diego. En el centro de la pintura, como una Madonna, sostiene a su esposo Diego en un abrazo amoroso, que ilustra la relación combinada de hombres y mujeres. Aunque la mujer es la figura que alimenta la vida, el hombre tiene el tercer ojo de la sabiduría en su frente, por lo que dependen el uno del otro.
Abrazando a la pareja humana esta la madre Tierra Azteca, Cituacoatl, hecha de barro y piedra. La figura que está en la parte más externa , la Madre Universal, abraza a Cituacoatl. En la parte frontal el perro Itzcuintli Señor Xolotl es más que simplemente una de las mascotas de la artista: representa a Xolotl, un ser que tiene la forma de un perro y protege la entrada del Más Allá. En esta pintura, Frida presenta a la vida, muerte, noche, día, luna, sol, hombre y mujer, todos en una dicotomía recurrente que está profundamente ligada y se mantiene unida gracias a dos poderosos seres mitológicos.
 
 
Diego y yo, 1949
 
Rota y llorando, se muestra tristemente al espectador. Su largo cabello esta enredado alrededor de su cuello, sugiriendo que la situación la está estrangulando. Como en muchos de sus otros autorretratos, su pelo de nuevo es el vehículo usado para expresar su angustia emocional. La obsesión de Frida con Diego está simbolizada por el pequeño busto de él en su frente.















Sandías «Viva la Vida» , 1954


La mayor parte de libros sobre Kahlo están de acuerdo en que esta la ultima pintura de Frida y que 8 días antes de su muerte añadió la inscripción "Viva la Vida - Coyoacán 1954 - México". No obstante, debido a la calidad de esta naturaleza muerta, nunca estuve convencido de que estuviera pintado en 1954. Al final de su vida, Frida dependía muchísimo de inyecciones de Demerol y Morfina, que la debilitaron y la dejaron en un estado "medio dormida". Esto afectó seriamente la calidad de su trabajo. Si se compara esta naturaleza muerta con otra naturaleza muerta pintada en 1954, "Naturaleza muerta con bandera", por ejemplo, se verá la diferencia. Las pinceladas y aplicación de la pintura son mucho mejores y mas cercada a las naturalezas muertas que produjo un par de años antes como por ejemplo, "Naturaleza muerta dedicada al Dr. Fastlich - 1952".
En el libro "Frida Kahlo - Naturalezas muertas", el autor Salomon Grimberg sugiere que "Viva la vida" podría no haber sido pintada en 1954 y fue probablemente pintado en 1952, pero la inscripción no se incluyó en ese momento. Sintiendo que su muerte era inminente, unos pocos días antes de su muerte, por ultima vez Frida puso el pincel en la pintura roja para añadir la inscripción y firmarla…como si se estuviera despidiendo. Tiendo a estar de acuerdo con esta opinión.
 



 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente recopilación de las obras más significativas de Frida Kahlo. Mi favorita "La Columna Rota" ya que representa todo el dolor y sufrimiento de Frida. Una extraordinaria pintura

El Cultural dijo...

Nice work!